CLUB DE CONQUISTADORES Y AVENTUREROS
“SHEKINAH”
La palabra heb. shekînâh, que por ser un término rabínico no aparece en la
Biblia, se encuentra en la terminología hebrea en la forma del verbo shâkan,
"permanecer", "morar", "Shekina" se refiere a la presencia o cercanía de Dios a su pueblo.
Aparece en el Tárgum, la versión aramea de los libros del AT, la Mishná, que es
la parte más antigua del Talmud (véase CBA 5:97-101), y en la Haggadá, la
porción no legal de la literatura rabínica. Un ejemplo extraído del Tárgum de
Onkelos, de c 100 d.C., muestra que el término "Shekina" se usa en
una versión de un texto hebreo. En Dt. 12:5 las palabras "nombre" y
"habitación" han sido traducidas por "Shekina", de manera
que el texto dice: "El lugar que Jehová vuestro Dios escogiera de entre
todas vuestras tribus, para poner allí su Shekina, dentro de la casa de su
Shekina lo buscaréis". En la Mishná, producida en el s II d.C., la palabra
"Shekina" aparece sólo 2 veces, una de las cuales constituye una
declaración muy interesante, ya que recuerda algunas palabras de Jesús (Mt.
18:20): "Si dos se sientan juntos y [se pronuncian] palabras de la Ley
entre ellos, la Presencia divina [la Shekina] está entre ellos" (Aboth
3.2). En la Haggadá, en cambio, la palabra "Shekina" aparece con
frecuencia cada vez que hay alguna referencia a la presencia de Dios. Véase
Versiones (I, D).
CLUB DE
CONQUISTADORES "SHEKINAH",
Shekinah: La palabra hebrea shekînâh,
por ser un término rabínico no aparece en la Biblia, se encuentra en la
terminología hebrea en la forma del verbo shâkan, "permanecer",
"morar", "Shekina" se refiere a la presencia o cercanía de
Dios a su pueblo.
Y más allá del segundo velo en el Tabernáculo o
Santuario estaba la santa Shekinah, manifestación visible de la gloria de
Dios, éste velo o cortina que separaba el lugar Santo del Santísimo no llegaba
hasta el cielo raso, a fin de que la luz de la Shekinah pudiese ser
parcialmente visible desde el primer compartimento del santuario. Ese
resplandor visible flotaba sobre el propiciatorio del arca, velado por la
sombra de las alas de los dos querubines. El gran YO SOY moraba en
el lugar Santísimo, Cristo mismo fue el Arquitecto, el Señor del templo, Cristo
era su Instructor. Así como había estado con ellos en el desierto, había de
continuar siendo su Maestro y Guía.
Dios daba a conocer su voluntad, y los mensajes divinos eran comunicados a veces al sumo sacerdote mediante una voz que salía de la nube, otras veces caía una luz sobre el ángel de la derecha, para indicar aprobación o aceptación y con una sombra o nube descansaba sobre el ángel de la izquierda, para revelar desaprobación o negación.
Dios daba a conocer su voluntad, y los mensajes divinos eran comunicados a veces al sumo sacerdote mediante una voz que salía de la nube, otras veces caía una luz sobre el ángel de la derecha, para indicar aprobación o aceptación y con una sombra o nube descansaba sobre el ángel de la izquierda, para revelar desaprobación o negación.
Cuando Dios el Hijo abandonara por su muerte en
la cruz, el templo judío desaparecería su gloria, esa gloria que una vez
fue visible en el lugar Santísimo, sobre el propiciatorio, donde el sumo
sacerdote sólo entraba una vez en el año, en el gran Día de la Expiación, con
la sangre de la víctima sacrificada (símbolo de la sangre del Hijo de Dios
derramada por los pecados del mundo), y la asperjaba sobre el altar.
Esta era la Shekina: la habitación movible, temporal y visible de Jehová; pero todo esto era apenas un pálido reflejo de las glorias del templo de Dios en el cielo, " Pero estando ya presente. Cristo, Sumo Sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto Tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de ésta creación" Hebreos 9: 11 "Ministro del Santuario y de aquel verdadero Tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre" Hebreos 8: 2 El Santuario celestial que es el gran centro de la obra que se hace en favor de la redención del hombre, manifestando constantemente las riquezas de su amor y paciencia.
Dios quería hacer de su pueblo Israel una representación de su gloria, se dio a ellos toda ventaja espiritual, Dios no les negó nada favorable a la formación del carácter que había de hacerlos sus embajadores, su obediencia a la ley de Dios había de hacerlos maravillas de prosperidad delante de las naciones del mundo.
Esta era la Shekina: la habitación movible, temporal y visible de Jehová; pero todo esto era apenas un pálido reflejo de las glorias del templo de Dios en el cielo, " Pero estando ya presente. Cristo, Sumo Sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto Tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de ésta creación" Hebreos 9: 11 "Ministro del Santuario y de aquel verdadero Tabernáculo que levantó el Señor y no el hombre" Hebreos 8: 2 El Santuario celestial que es el gran centro de la obra que se hace en favor de la redención del hombre, manifestando constantemente las riquezas de su amor y paciencia.
Dios quería hacer de su pueblo Israel una representación de su gloria, se dio a ellos toda ventaja espiritual, Dios no les negó nada favorable a la formación del carácter que había de hacerlos sus embajadores, su obediencia a la ley de Dios había de hacerlos maravillas de prosperidad delante de las naciones del mundo.
Simbolo: La luz es símbolo de la presencia divina, como tal, la Shekinah, gloria de Dios, aparecía entre los dos querubines. La Shekinah era el símbolo de la presencia divina, por medio de la cual Dios había prometido "habitaré en medio de ellos" "y hablaré sobre el propiciatorio" Éxodo 25: 8, 22
Pero en un sentido más amplio respondía al cuidado divino, a la protección y a la salvación que en su misericordia Dios le ofrecía a su pueblo escogido año tras año.
Al hombre le puede parecer que Dios mora en la "oscuridad" Salmo 18: 11 Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí; oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
Pero "Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él, pero si andamos en luz, como él está en luz... 1 Juan 1: 7 Habita "en luz inaccesible" 1 Timoteo 6: 16 Al revelarse a su pueblo, Dios siempre veló su gloria con una nube, a fin de que los mortales se percataran de su presencia y, sin embargo, pudieran resistirla Éxodo 16: 10; 19: 9; 24: 16; 34: 5; 40: 34, 38.
Hoy
día, la mayor evidencia de la presencia de Dios, es la transformación de la
vida y el carácter del cristiano.
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